Uno de los elementos clave, que sin embargo más duda plantea en el desarrollo de la metodología ABP, es el referido a tomar en cuenta la opinón del alumnado a la hora de comenzar un nuevo proyecto.
¿Ellos van a decidir sobre qué van a estudiar? - me preguntan con extrañeza los compañeros en cursos de formación y los alumnos y alumnas de la Facultad de Educación cuando propongo esta clave ABP: los estudiantes en eje de las decisiones.
El lunes pasado fue uno de esos días que estuvimos discutiendo esta posibilidad con los alumnos de Grado Primaria de la Facultad de Educación de la UMU.
¿Es posible comenzar un proyecto ABP a través de los intereses de los alumnos?
No son pocos los defensores de metodologías tradicionales que no creen que el alumno tenga porqué ( ni sea capaz) de decidir sobre lo que él mismo desea aprender. Transformar la escuela es una tarea que no está exenta de riesgos, y los asumo.
Estoy totalmente decidido a explorar. Los que deseamos el cambio no podemos engañarnos, darnos placebos que nos consuelen. Si realmente nos creemos la importancia de dar participación al alumnado, de establecerlo como "el centro" del aprendizaje, de hacer que sean sus motivaciones las que "guíen el proyecto" hacia un aprendizaje memorable ... es preciso poner en práctica estrategias participativas que vayan más allá de preguntarles ¿qué queréis aprender?
A la hora de comenzar proyectos ABP es muy productivo proponer dinámicas narrativas que puedan conseguir aflorar los intereses de nuestro alumnado y hacerles partícipes de sus aprendizajes desde el minuto uno de su entrada en el aula. El objetivo es claro: implicarles, persuadirles, enamorarlos de una idea. Es decir, motivarles hacia una experiencia memorable de aprendizaje y disfrute.
Las dinámicas creativas y participativas, por añadidura, desarrollan otros valiosos aprendizajes competenciales casi imposibles de conseguir de otra manera: sentido de iniciativa y aprender aprender.
Para iniciar la propuesta de un desafío que les apasione, sin duda, es esencial, como en tantas otras cosas, hacerles partícipes, darles voz. Conseguir un elemento que les mueva. A veces, nos amenazan las dudas:
Todas estas preguntas dirigen a otra respuesta que engloba a las anteriores:
En un proyecto ABP es positivo tomar al currículo como un aliado, como un recurso guía donde inspirarnos, desde donde beber y, desde luego, como un texto que leeremos con la intencionalidad de escudriñar sus narrativa para encontrar los elementos que nos hagan centrarnos en los intereses manifestados por los alumnos.
Diseñar proyectos es una actividad intrínseca e intensamente creativa.
Unir intereses de los alumnos, exigencias curriculares y utilidad en la resolución de problemas reales, es un trabajo de la más exquisita delineación docente...pero también una actividad que nos produce los resultados de aprendizaje más memorables,
Es preciso sacar la caja de las herramientas creativas y ponerlas en acción para implicar a los aprendices, persuadirles de que van adquirir un conocimiento único y personalizado , motivarles hacia un aprendizaje perdurable y emocional, mostrarles experiencias auténticas y sorprenderles con decisiones que les hagan abrir los ojos... como nunca antes miraron el aprendizaje.
Otra de las claves repetidas para el éxito del ABP es que los proyectos de aprendizaje que se desarrollen deben estar vinculados a la existencia vital del alumnado, a sus emociones, a sus intereses como niños.
Se trata de crear una nueva narración para el aprendizaje que movilice al alumnado a la acción. Una de las formas de cumplir estas exigencias es haciéndoles partícipes en la toma de decisiones de lo que van a aprender: aprender mientras aprenden.
El silogismo es claro: si damos opciones para que los alumnos decidan sobre lo que van a aprender, la acción de aprender adquirirá rutinas que harán cotidiano el hecho de tomar decisiones sobre hechos que influyen en su vida y que terminarán eliminando el sentimiento que los aprendizajes escolares son algo impuesto, cerrado, empaquetado y alejado de su realidad.
Un error que se suele cometer es no aportar orientaciones previas (con la ingenuidad de que ellos que decidan lo que quieran) o, por el contrario intentar controlar tanto lo que los alumnos van a preguntar o responder que anulemos el posible desarrollo de la creatividad, de la sorpresa, de la emoción. .
Experiencia: mind mapping para tomar decisiones sobre qué vamos a aprender.
Voy a narrar, brevemente la experiencia que desarrollé hace unos días con mis alumnos de grado primaria.
Nos gusta pensar siempre en clave cooperativa. Así, mis alumnos casi veinteañeros, trabaja estas experiencias desde doble perspectiva: la de alumnos y la de maestros.
Hoy les tocó el rol de alumnos de primaria.
De esta forma hicimos un mapa visual en el que se encontraron cinco temas de interés para el aula. A partir de ellos, cada grupo decidirá ( en próximas sesiones ) el título de su proyecto y el producto a desarrollar.
En próximos post, desarrollaremos la siguiente fase en la creación del proyecto.
En esta ocasión, realizamos la actividad partiendo de las noticias de la semana, pero teníamos otros opciones, claro está, cada una con una dinámica de construcción creativa diferente. Si queremos que los alumnos participen, seguro que podemos encontrar tantas maneras de diseño como docentes creativos haya. Mis alumnos hicieron otras propuestas. Aquí os las dejo:
Tomado de: Blog Transformar la Escuela
Foto de Creative alotofpeople. Tomada de Adobe Stock